En la tercera semana de octubre, se produce un fenómeno que vuelve a hermanar, año a año, a dos comunidades que están a miles de kilómetros: la celebración de la Virgen Pobre, se vive con la misma fuerza en Xaló y en San Juan.
La producción de “Benvinguts” registró en 2009, con cámaras en ambos sitios, la pasión por mantener viva una tradición que surgió en Xaló, el pequeño pueblo alicantino de la Marina Alta, en la Comunitat Valenciana, en España, cuando hace tiempo un agricultor llamado “Tío Canet” notó que las mulas con las que labraba la tierra se atascaban siempre en el mismo sitio. Al hacer una fosa en ese lugar, los lugareños se encontraron con una imagen golpeada y llena de barro de la Virgen María, que había sido enterrada –supone la historia- en años de la invasión de los moros en la región. Según cuenta la leyenda, la primera mujer que la vio, en la Iglesia del pueblo, dijo con profunda emoción: “Mare de Deu, pobreta”. Así, nacía la veneración a la “Virgen Pobre”. Que según la tradición, acompaña a los agricultores en su tarea.
Cuando los emigrados jaloneros partían en barco a la Argentina, a comienzos del siglo XX, llevaban consigo sólo un baúl con algunas pertenencias. Muchos de ellos, también cargaban en ese equipaje con algún cuadro de la “Virgen Pobre”, que después se colgaba en las habitaciones y servía como parroquia casera, para aquellos agricultores que en San Juan, se forjaban un nuevo destino.
En 1944, hubo un terremoto en San Juan que derrumbó prácticamente toda la ciudad. Murieron casi diez mil personas, pero ninguno de los inmigrantes jaloneros perdió la vida. El haberle rezado a la “Virgen Pobre”, se dijo desde aquel día, los había ayudado a sobrevivir.
Por esto, en 2009, Xaló y San Juan siguen venerando a la “Mare de Deu Pobreta”, y en “Benvinguts”, se reflejarán las imágenes de este paralelismo de la historia.
